Operacion: foca leopardo Capi.1

Capítulo 1

Eran las 16:00 en el Zoo de Central Park. Los cuatro pingüinos del equipo descansaban de su comida en la guarida. Private atendía el periscopio, Skipper tomaba café, Kowalski investigaba principios matemáticos y Rico intentaba dormir. Pronto, Private saltó hacia atrás y gritó:

-¡Se acerca Alice! ¿Qué hacemos?

Todos se sobresaltaron y salieron al exterior. Allí pudieron ver que la cuidadora del Zoo llevaba cuatro jaulas de alambre cuadradas. Los pingüinos permanecieron quietos, viendo cómo Alice se acercaba y les cogía uno a uno para depositarlos en las jaulas. Colocó las jaulas en una especie de medio carro con ruedas donde solía transportar el alimento de Burt. Después emprendió rumbo a un hábitat muy al norte del Zoo, aunque no estaba muy lejos de su hábitat, Alice los llevó por el camino largo. Una enorme grúa semi tapada unía los dos hábitats.

-Skipper... ¿Qué está pasando?

Private estaba asustado, y no comprendía el cambio de hábitat. Temía que descubriesen su guarida y le tenía miedo a la gran grúa.

Skipper no apartó su fría mirada que se fijaba en aquel extraño hábitat, con un agujero en el hielo del suelo. Una clase de agujero que ya había visto antes.

-Aquí estarán seguros, esa grúa podría dañarles. Ocultaremos el hábitat hasta que acabemos.
-¿No pasa nada? Los dejamos con una foca leopardo...
-Es sólo una pequeñita, es un bebé.

Alice le hablaba a un nuevo becario a su mando, mientras liberaba a los pingüinos en su nuevo hábitat. Era muy amplio, similar a un gélido lugar llamado Antártida. El agua se movía debajo de una capa de escarcha y hielo. Private se alegraba por que ocultarían su guarida, pero el asunto de la foca leopardo le preocupaba.

-Kowalski, opcioes de hábitat.
-Podría ser perfectamente el hábitat ideal para la Hydrurga Leptonix o... foca leopardo.

-¿Una foca... le-leopardo?

Las sospechas del joven soldado eran ciertas, y eso le preocupaba más. Se giró y vio un cuenco metálico con pescado.

-Bueno, al menos hay regalo de bienvenida. Venid, aquí está.

Private volteó y no había pescado, sólo un agujero en el hielo cerca del cuenco. Corrió hacia el agujero y se asomó metiendo la cabeza en el agua. Oteando la profundidad con miedo, vio cómo una masa oscura cruzaba el paisaje. Un gritó ahogado por el agua alertó a los demás, que le apartaron para ver lo sucedido. Skipper se decidió y se tiró al agua con un pez que había caído fuera del cuenco. Detrás le siguieron Kowalski y Rico. Private no sabía que hacer. Quedarse solo arriba podía ser peligroso, pero no debía permitir que sus amigos se fueran sin él. Al fin se armó de valor y se lanzó al agua. Era todo tranquilo, lo que hizo suspirar a Private.Todo parecía ir como la seda hasta que un torpedo con plumas casi lo hunde en lo profundo. Al chocar con el soldado, aquel torpedo paró y miró con miedo. El torpedo resultó ser Rico, intentando no gritar para no perder más oxígeno. El pingüino estaba asustado, y quería salir a respirar. Private lo agarró de una aleta y lo tranquilizó con la mirada para que pudiere ahorrar aire. Lo arrastró hasta la superficie, donde el pingüino más mayor pudo explicar, mas claro que de costumbre.

-¡Ahhhhh!¡Ahhhhhh! Grrrr... ¡¡¡Grrrrrruaaauh!!! Glu, glu, glu...

Gracias  a la gesticulación de Rico, Private logró entender. Al parecer, una bestia había sumergido a los tres pingüinos al fondo, y sólo él pudo escapar. Al oír eso, Private se sintió culpable.

-Todo es mi culpa... Si hubiera ido con vosotros os habría ayudado...

Las lágrimas empezaban a caer por la mejilla de Private. Rico se acercó negando lo que decía su amigo para abrazarlo y consolarlo.

-No culpa tu...

-Sí, ¡es por mi culpa, Rico!

El joven pingüino se abrazó a su amigo. Él creía que Skipper y Kowalski estaban muertos, pero no era así. Un ruido ahogado vino del agujero e hizo que Private saltara detrás de Rico, quien se levantó preparado para protegerle, aunque Private le intentara sujetar.

Del agujero en el hielo salieron Kowalski y Skipper, agotados, tratando de respirar todo el aire posible. Un rugido se oyó del agua.

-¡Skipper!¡Kowalski!¡Estáis bien!

El más joven se acercó a abrazar a su jefe.